Los Interesantes (Contemporánea)

Los Interesantes (Contemporánea)

Language: Spanish

Pages: 0

ISBN: 8490651302

Format: PDF / Kindle (mobi) / ePub


Estamos en 1972 en un campamento de verano en las afueras de Nueva York y asistimos a la conversación de seis amigos en la que todos, menos Julie, son hijos de familias acomodadas de Manhattan. En ese momento de la adolescencia, todos se encuentran llenos de talento y se sienten únicos e interesantes. Con el tiempo llegará la edad adulta y el momento de asumir la realidad. Los interesantes seguirá a cada uno de ellos durante cuarenta años: sus triunfos y fracasos, sus relaciones, sus familias, sus amores y la vivencia de la muerte de los seres queridos, realidades que les irán mostrando lo que de verdad importa en la vida. Una novela ambiciosa e imprescindible. "Una gran victoria... Los interesantes asegura a Wolitzer un lugar de entre los mejores novelistas de su generación.... Es tan literaria como Franzen o Eugenides. Los pasajes más humanos de esta obra golpean más duro que las grandes ideas. No se trata de ficción «femenina» sino de literatura para de todo el mundo." Entertainment Weekly "La inteligencia, el ingenio y el sentimiento profundo de la escritura de Wolitzer son extraordinarios y con Los interesantes ha conseguido que todo lo que había logrado hasta ahora, que era ya firme y notable, haya alcanzado un nivel todavía más alto." Jeffrey Eugenides

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un cliente nuevo de Jules llamado Howie, programador informático con graves problemas de transferencia, le había confesado a Jules, avergonzado pero con valentía, que en una ocasión se había masturbado pensando en ella estando en la cama con su mujer; había hecho temblar la cama de tal modo, le había contado, �que mi mujer se despertó y pensó que era un terremoto». En cambio el marido también deprimido de Jules no estaba interesado en tocarla. Intentó calcular cuándo se había quedado embarazada

mucha gente; le había pasado a él. Así que cuando vio la novela de Günter Grass en la estantería sintió una inmensa y triste añoranza por conectar con el libro y con el hermano de Ash, su viejo y desaparecido amigo. Goodman le había sido arrebatado y se había llevado con él la levedad. Ethan quería recuperar esa levedad de otro tiempo, quería recuperar al tonto de Goodman, siempre alegre, y también hacer el oso juntos y retomar las charlas después de que se apagaran las luces en el tipi, las

–¿Te parece justo dejar que una persona deprimida tome las decisiones? –Jules no contestó–. Esto os hará la vida un poco más fácil –dijo Ethan–. Es algo para lo que sí sirve el dinero. Ya sabes que yo no soy demasiado materialista, pero es que el dinero no sirve solo para pagar cosas. Según mi experiencia, también te hace la vida más fácil, para que no tengas que estar pendiente siempre de los problemas y las preocupaciones. Hace que todo vaya mucho mejor. –Pero es que nunca te lo podríamos

ir así? –Perdona, papá –suspiró Mo. Encajó las escápulas, estiró extrañamente el cuello y luego se volvió hacia Jules y la miró a los ojos, algo que pareció dejarle sin fuerzas–. Adiós. Me alegro de verte –le dijo. Luego se volvió de nuevo hacia Ethan y dijo–: Hasta luego, papá. �Así mejor? –Mucho mejor –dijo Ethan. Abrazó a Mo, que toleró el contacto con los ojos cerrados como si estuviera bajando por una colina en trineo esperando una suave colisión al llegar abajo. Cuando se marchó, Ethan

aprender –dijo Jonah. Solo había ido a casa de Ash y Ethan para dar dos clases presenciales, cuando Mo estaba en casa de vacaciones del internado, pero seguía trabajando con él por Skype; la distancia le resultaba tranquilizadora a Mo, igual que la presencia de una pantalla a modo de filtro. Jonah se había llevado la guitarra al restaurante y antes del café se marchó disculpándose. Había quedado con un par de músicos en Greenpoint, Brooklyn, y no quería llegar tarde. Ethan empezó a morirse a

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