La sexta extinción (Una historia nada natural)
Elizabeth Kolbert, Joan Lluís Riera
Language:
Pages: 253
ISBN: 2:00303816
Format: PDF / Kindle (mobi) / ePub
Kolbert explora cómo la actividad humana, el consumo de combustibles fósiles, la acidificación de los océanos, la contaminación, la deforestación y las migraciones forzadas amenazan contra formas de vida de todo tipo. Se estima que un tercio de todos los corales que forman arrecifes, un tercio de todos los moluscos de aguas dulces, un tercio de los tiburones y las rayas, un cuarto de todos los mamíferos, un quinto de todos los reptiles y un sexto de todas las aves están cayendo en el olvido», escribe Kolbert. Las pérdidas se están produciendo en todas partes: en el Pacífico Sur y en el Atlántico Norte, en el Ártico y el Sahel, en lagos e islas en la cima de las montañas y en los valles.
años es (en inglés): Camels Often Sit Down Carefully, Perhaps Their Joints Creak (Cámbrico - Ordovícico - Silúrico - Devónico - Carbonífero - Pérmico - Triásico - Jurásico - Cretácico). Es una pena que la regla se rompa antes de llegar a los periodos más recientes: Paleógeno, Neógeno y el actual, el Cuaternario. [Si hay alguna buena regla mnemónica en castellano, este traductor las desconoce, pero para lo que valgan, aquí van dos posibilidades: Cuando Oigas Silbidos De Coba, Percibe También
opuesta. �¿Has encontrado algo?», le preguntaba alguien cada cierto tiempo desde la oscuridad. �Nada», nos llegaba la respuesta repetida. Al día siguiente, tras más abstrusas discusiones sobre la medición de los árboles, empaquetamos para seguir por la cresta abajo. Al ir a buscar agua, Silman había encontrado un grupo de bayas blancas entremezcladas con lo que parecían cintas de brillante color púrpura. Había identificado aquella disposición como la inflorescencia de un árbol de la familia
llegadas. Antes de la presencia de los europeos, Nueva Inglaterra no tenía lombrices de tierra propias; las lombrices de la región habían sido barridas por la última glaciación, e incluso después de 10.000 años de relativo calor, las lombrices americanas todavía no habían recolonizado el área. Las lombrices de tierra ingieren restos de hojarasca y, de este modo, modifican de una forma drástica la composición de los suelos forestales. (Aunque a los jardineros les encantan, estudios recientes han
minúsculas ranas venenosas de vientre azul y una salamandra blanquecina de una especie que ni él ni los dos americanos consiguieron determinar. Guardaron las ranas y la salamandra en bolsas de plástico con algunas hojas para mantenerlas húmedas, y se me ocurrió que aquellas ranas y su progenie, si la tenían, y la progenie de su progenie, si la tenían, ya no tocarían nunca más el suelo de la selva, sino que vivirían todos sus días dentro de unos tanques de vidrio desinfectados. Aquella noche
cualquier lugar de la Tierra. Además de los rinocerontes lanudos y los osos de las cavernas, en Europa vivían el uro eurasiático, el ciervo gigante y unas colosales hienas. Los gigantes de América del Norte incluían mastodontes, mamuts y Camelops, unos robustos primos de los modernos camellos. El continente también albergaba castores del tamaño de los actuales osos grizzly; Smilodon, un grupo de tigres de dientes de sable; y Megalonyx jeffersonii, un perezoso no arbóreo que pesaba cerca de una